Casa construida para José López Fierros que emigró joven a Cuba donde
empezó trabajando de pinche en una farmacia, como le gustó la profesión estudió
farmacia y al terminar sus estudios abrió su propio negocio pero tuvo un revés
económico y regresó a Asturias. Construyó esta casa a principios del siglo XX.
Se casó con Pilar Fierros con quién tuvo dos hijos José y Pilar. En Ballota abrió
otra farmacia pero al no reconocérsele el título tuvo que contratar a un
farmacéutico titulado. Falleció a los 50 años, para entonces su hijo José había
iniciado la carrera de medicina y para no ser una carga para su madre y hermana,
ya que la situación económica no era buena, se marchó también a Cuba donde
durante el día trabajaba en una mercería y por la noche iba a la Quinta Covadonga a ayudar como enfermero, pero al de unos pocos años su madre y su
hermana le reclamaron y regresó a España. Con gran esfuerzo terminó la carrera
de medicina en un tiempo record. Tras lo cual se fue de médico a Bata (Guinea
Ecuatorial), permaneciendo 9 años ininterrumpidos en dicho país, cuando por fin
pudo venir de vacaciones a España comenzó la Guerra Civil y le obligó a
quedarse. Ya en Ballota y con tres hijos instaló una clínica en este edificio y
de ahí le viene el nombre a la casa. Actualmente su hija Teresa es quien vive
en ella.
La casa la construyó un maestro de obras sin la intervención de
arquitecto alguno.
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