Tomás
Zarracina Rodríguez, hijo de Francisco y Mª del Carmen, nació en Gijón en el
año 1832. Estudió Náutica en el Instituto de Náutica y Mineralogía que fundara
Jovellanos. Se casó con Agapita Menéndez, natural también de Gijón, con la que
tuvo tres hijos: Francisco, Mª del Carmen (casada con Alfredo Santos Arana) y
Antonio. Su gran talento para los negocios pronto le hizo acreedor de una gran
fama, siendo uno de los hombres que más esfuerzo hizo para el progreso de
Gijón. En la década de los cincuenta del siglo XIX fundó la fábrica de sidra
“La Asturiana”, marca que perdió por problemas de registro pasando a denominarse
“Zarracina”. La fábrica se hallaba instalada en Somió y fue la primera que se
abrió al mercado americano. En 1863 fundó también la panadería “La Esperanza”,
en 1875 un taller mecánico de aserrar maderas donde entre otras cosas fabricaba
las cajas para envases, en 1877 la fábrica de chocolate “La Industria” y en
1890 instaló en el barrio del Tejedor una fábrica de harinas “La Caridad”. También
presidió durante algún tiempo la sociedad promotora del balneario de "Las
Carolinas", situado en la playa de San Lorenzo. En 1873 con la
proclamación de la Primera República es nombrado concejal del ayuntamiento.
Tras su dimisión poco se sabe hasta que en 1897 aparece entre los fundadores
del diario republicano “El Noroeste”. Parece ser que al final de su vida se
trasladó a Madrid para tratarse de una grave enfermedad donde falleció el trece
de diciembre de 1898.
Don Tomás
vivía en la calle Los Moros y mandó construir en la década de los noventa este
palacete en el barrio de La Redonda de Somió, siendo el autor del proyecto Juan
Miguel de la Calzada. De estilo ecléctico pero muy sobrio en el diseño y con
influencias clasicistas en sus pilastras, escalinata de acceso y los remates de
los vanos. Rodea el edificio principal un gran jardín de estilo inglés, siendo uno
de los jardines más destacables de Gijón. El edificio constituye un excepcional
ejemplo de la arquitectura unifamiliar burguesa de comienzos del siglo XX, manteniéndose
en un excelente estado de conservación.
El palacete
como las Industrias Zarracina pasaron después a manos del Conde del Real Agrado,
Amadeo Álvarez-Buylla y García Barrosa (1869-1948) natural de la parroquia de
San Martín de Podes, que emigró a Cuba de donde regresó con notable capital,
que aumentó al casarse con María Alvera y Núñez de Villavicencio, la hija del
ya fallecido conde del Real Agrado. Fue socio fundador del Banco de Gijón que
posteriormente presidió, dedicándose también a otras actividades empresariales y
siendo en 1923 diputado en las Cortes nacionales representando a Llanes. El
nombre de Villa María hace referencia al nombre de su esposa y las iniciales RA y el escudo que presiden el acceso
principal al título nobiliario.
En la década de
1960 la propiedad fue adquirida por Dª Paloma Felgueroso, esposa del que fuera
alcalde de Gijón Luis Cueto-Felgueroso Granda. A mediados de los 80 fue
adquirida por al decorador Francisco Javier Sitges, que realizó un excelente
trabajo de rehabilitación.
VALDEÓN MENÉNDEZ, J.: Jardines Clásicos
de Asturias, Oviedo, Cajastur, 1999
Cruce de tranvías en Somió,la casa del fondo podría ser Villa María
Balneario de "Las Carolinas", situado en la playa de San Lorenzo
Fotos de Octavio Vinck Díaz
Foto: www.todocoleccion.net
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