Valeriano López Rodríguez, natural de Cudillero, con
catorce años tras ser el único superviviente de un naufragio y para evitar un
futuro dedicado a la pesca decidió emigrar a Cuba. Embarcó hacia La Habana
recabando en la casa de Calixto López, reconocido tabaquero también oriundo de
Cudillero, con quien trabajaría durante treinta años como encargado del almacén.
Llegó a ahorrar una considerable fortuna de forma que le compró a D. Calixto su
cigarrería, llamándola “El cuño”. Fueron años de bonanza en los que D. Valeriano
fue incrementando su fortuna hasta que en 1.923 decidió retirarse por
recomendación médica y regresó Asturias con su esposa, la catalana Rosa Banús
Compagne, y su hijo Valeriano. Se instalaron alquilados en Cudillero mientras
rehabilitaban la que fue la casa de su abuela paterna “Lola La Pataguera”, casa
con excelentes vistas al puerto pesquero. Su hijo Valeriano López Banús estudió
medicina aquí en España pero regresó primero a Filadelfia y después a Cuba,
país que le vio nacer, donde llegó a casarse cuatro veces y ejerció de médico
además de dedicarse a otros negocios, llegando a ser presidente de la cadena de tiendas “La
Quincallera” impulsada por él, su cuñado José M. Mayorga, las esposas de ambos
las hermanas Mª Teresa y Enriqueta Gómez-Waddington pertenecientes a una de las
familias más adineradas de la burguesía isleña, y por último otro socio llamado
José Simó. Tras el triunfo de la revolución castrista, en 1.960 trasladaron la
fórmula del negocio a España para crear Simago (acrónimo de Simó, Mayorga y
Gómez). La empresa, bajo la presidencia de Mayorga, modificó la fórmula
original para hacerla más europea adoptando el modelo de la cadena francesa de
almacenes populares Prisunic.
En la actualidad la casa, también conocida por El
Reguerío, no pertenece a la familia.