Los hermanos Félix (1837-1898), Francisco(1846-1916) y Ramón García López(1855-1924), originarios de La Fontina (San Román de Candamo), emigraron a Nueva York, donde amasaron una gran fortuna como banqueros con gran experiencia en el comercio y financiación del negocio del tabaco. Solo los varones emigraron, quedándose sus hermanas en San Román. Tras lograr su fortuna, las vidas de los tres hermanos siguieron caminos diferentes.
Francisco García López (Pancho
García), quien vivió siempre en Nueva York y se casó con la americana María
Jacobs Lester, encargó la construcción del palacete a finales del siglo XIX,
atribuyéndose su diseño al arquitecto Juan Miguel de la Guardia. En el frente
del palacete, sobre el jardín, colocó una copia de “Las Tres Gracias” de
Canova, al parecer adquirida en la Exposición Universal de París. Para el
cuidado de los jardines trajo de Francia a un jardinero profesional, Leopoldo
Garnung, que estuvo trabajando al menos de 1913 a 1926. La casa original sufrió
un incendio antes de finalizar el siglo, lo que llevó a su reconstrucción bajo
nuevos planos.
Tras los fallecimientos de su
hermano Félix y su esposa, Francisco se hizo cargo de sus dos sobrinas, María y
Amalia, y las llevó a vivir con él a Nueva York para que recibieran una
educación adecuada a su posición social, haciéndolas constar como hijas suyas.
Además de su éxito en el mundo
del tabaco, Pancho García también se preocupó por el desarrollo de su tierra
natal. Adquirió maquinaria para la producción del famoso vino de Candamo y
financió la construcción de escuelas, carreteras y otras infraestructuras en la
región.
A la muerte de Francisco en 1916,
el hermano menor, Ramón, heredó "El Capitolio" y continuó cuidándolo.
El Capitolio fue sede de un
colegio privado entre 1935 y 1937, dirigido por el sacerdote y licenciado en
letras Mauricio Santaliestra Palacín. Su uso duró solo dos años, ya que la
expropiación del colegio debió de realizarse de manera simultánea al fusilamiento
de don Mauricio en 1937.
Durante la Guerra Civil Española,
la casa fue ocupada como cuartel, y sus muebles fueron utilizados como leña. Al
finalizar el conflicto, el inmueble fue saqueado y posteriormente vendido a
Manuel Velázquez, otro indiano enriquecido en Santo Domingo. Fue él quien le
dio el nombre de El Capitolio y lo restauró por completo. La casa sigue siendo
propiedad de la familia Velázquez.
José Fernández García oriundo de
La Mortera (Candamo) se alistó en el ejército español con el que participó en
la guerra Hispanoamericana en Puerto Rico y tras perder España la guerra en
1898, emigró a Santo Domingo donde instaló un almacén de provisiones en la
entonces calle del Comercio. En 1910 llevó a su sobrino Manuel Velázquez
Fernández empleándolo en su negocio, al que paulatinamente se le unirían sus
hermanos Marcelino, Edelmiro, José y Laudino. Después de la llegada de los
hermanos Velázquez las actividades de la compañía se dinamizaron y en 1921 don
José y su sobrino Manuel crearon M. Velázquez y Co., conocida posteriormente
por sus clientes como “Casa Velázquez”. Uno de sus establecimientos fue “EL
Mercadito” inaugurado en 1954 y que fue pionero en Santo Domingo en el sistema
del autoservicio. Manuel Velázquez Fernández fue presidente, simultáneamente,
de la Casa de España y de la Cámara Oficial Española de Comercio e Industria a
finales de los años treinta y principios de los cuarenta.
El palacete, también conocido
como Chalet de Don Pancho García, Chalet del Campo (desde 1880 a 1950) o Casa
Velázquez, es de estilo ecléctico. Tiene planta cuadrada con dos pisos,
buhardilla, y una torre con cubierta piramidal y galería acristalada. Destacan
de su construcción el pórtico adintelado de orden jónico al que se llega
mediante una escalinata de doble tiro, así como su galería posterior, que
abarca los dos pisos inferiores.
https://www.lne.es/asturias-exterior/2024/12/31/once-emigrantes-historia-tabaquera-hermanos-112998069.html
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