Manuel Huerta Huerta, natural de la parroquia de Coya, emigró muy joven a Cuba. A pesar de su poca formación fue muy hábil para los negocios logrando hacer una gran fortuna, dicen que su padre cuando marchó a América le dio un doblón de oro diciéndole que no lo gastara si no fuese necesario y así lo hizo. Se casó con una catalana con la que tuvo dos hijos una de ellos Antonia Benita de la Huerta que se casó con Dionisio Morán Cifuentes, más conocido como “el abogado de la República”, que era sobrino de Dionisio Cifuentes socio de D. Manuel y el otro Dionisio de la Huerta famoso por haber sido el promotor del descenso del Sella en 1.930. La esposa de D. Manuel murió joven casándose éste en segundas nupcias con Antonia Casagrán, su ama de llaves y prima de su primera esposa, con la que tuvo otro hijo llamado Alberto. D. Manuel a su regreso a España se estableció en Cataluña donde invirtió parte de su fortuna en la industria textil. En Coya compró un terreno junto a la casa de su hermano donde construyó esta casona para ser utilizada como vivienda de veraneo. A ella venía todos los años la familia acompañada del chofer y tres sirvientas. Fue un gran benefactor para el pueblo ya que mando construir las escuelas, el cementerio y varias fuentes. Así mismo todos los meses daba dos pesetas a cada uno de los pobres del pueblo lo que hacía que se formaran grandes colas los días de reparto.
La casa está situada en el barrio de Villabajo (Coya). Quizás su elemento más destacable sea el amplio pórtico con galería de madera embellecida en el centro con un gran friso de azulejos.
Definitivamente esta casa me encanta, no la conocia. Y me gusta mucho, pero mucho,mucho, la galeria, muy original y bonita.
ResponderEliminarY digo yo, viendo estas casas, como se le ocurrirá a la gente hacerse esos mamotretos raros blancos, acerados y con cristaleras del suelo al techo que se ven por ahí, incluso en zonas rurales? A ver, yo respeto los gustos de cada uno, pero chico, aunque no las copies totalmente, por lo menos hacer algo inspirandote en ellas, si es que hay por ahi cada joya y luego se dan licencias sin respertar para nada el entorno.
En Avalle, un pueblo al lado de Cangas de Onis,(aunque pertenece al concejo vecino de Parres) se construyó un horror todo gris oscuro, casi sin ventanas, al lado de casas asturianas y antiguas que cada vez que lo veo no sé si me dan más ganas de echarme a llorar o ir directamente a rociar con agua bendita al "poseido" que concedió la autorización para que se perpetrara semejante adefesio.
Tienes más razón que un santo.En Bilbao en la calle Hurtado Amézaga frente a la Estación del Norte han construido un edificio rojo lleno de ventanas de espejo adosado a edificios preciosos de fines del siglo XIX o principios del XX.
ResponderEliminarBuenooooo, lo de hacer edificios de color rojo debe ser el último grito. Aquí en Oviedo, junto al nuevo hospital, hay un edificio todo entero de ese color, incluido el tejado que no sé de que material es (metálico, en todo caso) y creo que tambien las ventanas. Una amiga mia que tiene mucha guasa ya lo bautizó el otro dia, "Hola, soy tu menstruación". Pa matarlos directamente. Besos, pareja.
ResponderEliminarAcabo de descubrir este blog.. Realmente fantástico. Me encantan las casas de indianos y sus historias. Un excelente trabajo.
ResponderEliminarLa Huertona fue en realidad un regalo de D. Manuel a su primera mujer, como prueban las iniciales que pueden observarse en la galería A. C. (Antonia Casagran).
ResponderEliminarD. Manuel Huerta fue además benefactor de la Iglesia y la Capilla de Coya; para la primera, adquirió el Santo Cristo de la Misericordia, figura articulada y rarísima para la época y que fue quemada durante la Guerra Civil y sustituida posteriormente por otra menos peculiar. A la Capilla donó así mismo otro Cristo, un altar de mármol, y una escultura de San José que su mujer tenía en su dormitorio en la casa de Barcelona del matrimonio.
Curiosamente su segunda mujer también se llamaba Antonia Casagran.Yo soy Gonzalo de la Huerta nieto de Manuel
EliminarGracias Marta por la información que me proporcionaste en la larga conversación que mantuvimos. Creo que fue contigo porque coinciden el nombre y el apellido. Sería interesante si recuerdas alguna anécdota más o si tienes alguna foto antigua. Así nos ayudas a enriquecer el blog.
ResponderEliminarGracias rua porque me hiciste rememorar los tiempos de la infancia y de mi juventud cuando nos reuníamos todos en el porche de la huertona junto a las camelias rojas y blancas, que fueron plantadas por mi querida madre.
ResponderEliminarRecuerdo interminables jornadas de verano subidos en las camelias, protegidos en la sombra de las magnolias, que nos regalaban sus hojas para comprar todo aquello que nuestra imaginación permitía. Llevaba pantalones cortos y subido en las camelias fuí feliz.
ResponderEliminarHoy cuando piso las hojas de las magnolías y no me huelen a nada, inevitablemente pienso en los caramelos que la señora de la casa siempre llevaba en el bolsillo.
Creo que la Marta Sanchez de estos comentarios es la misma persona de mis recuerdo de hace 60 años. Si lees mi comentario y tienes interes y te pica la curiosidad, mi correo es montefuerte@terra.es
ResponderEliminartengo fotos, donde puedo enviarlas?
ResponderEliminarMi correo para temas del blog es casonasdeindianos@gmail.com, que es el que aparece si pinchas en la columna de la derecha donde pone contribuyentes. Un saludo y gracias.
ResponderEliminarSegún he leído del erudito piloñés E. Martínez-Hombre, Manuel Huerta no solo donó imágenes y un altar a la Capilla del Carmen de La Villa Baxu, sino que fue el principal benefactor para la rehabilitación de la misma, que estaba en un estado bastante ruinoso a principios del siglo XX. En la obra también se llevó a cabo una ampliación de la nave del curioso edificio de barroco colonial con el objeto de dedicar la capilla a templo parroquial, pues la iglesia de Santa Eulalia había sido quemada (como casi todas en Asturias) durante la guerra civil. Parece sin embargo que los habitantes de la contigua Villa Riba, donde se haya esta última, en otro curioso episodio de rivalidad vecinal repetido frecuentemente en Coya y que recuerda de manera indefectible el anuncio televisivo del líquido lavavajillas, promovieron de forma urgente su reconstrucción, con lo que se mantuvo en su pueblo la sede parroquial.
ResponderEliminarSe te echaba en falta, creía que te habías olvidado del blog.Espero que me des nuevas pistas para encontrar casonas de las no conocidas.Saludos
EliminarEs que anduve un poco ocupado, pero he seguido el blog. En relación a más pistas, me he fijado que no hay ninguna casa en el concejo de Cangas de Onís, no sé si porque no lo has "trabajado" o porque no has publicado las que tienes. En los pueblos no conozco muchas, pero hay una casa magnífica en Soto de Cangas, visible desde la carretera de Covadonga, al otro lado de río. Otra buena casa está en Coviella, a 1 km de Arriondas, frente al Palacio de Faes. En la propia ciudad de Cangas de Onís si que hay bastantes casonas, algunas indianas seguras como el chalet de Pedro Sarmiento o la propia Casa Dago, extraordianria muestra de arquitectura montañesa y sede del Parque Nacional de los Picos de Europa, y otras probables indianas. Hay algunas en el barrio de Prestín, al otro lado del río Güeña, otras en la Avda. Covadonga, la calle principal de Cangas, pero sobre todo en la Avda. Castilla (es la carretera del Pontón, la que se dirige a Riaño y nace en las inmediaciones del Puente Romano).
ResponderEliminarYo también ando este año más liado por lo que voy bastante lento en la publicación de las entradas.Las casas de Cangas de Onís las tengo fotografiadas desde hace tiempo aunque sin publicar,al no encontrar casi información las he ido relegando. Las otras que me citas las dejaré para Semana Santa.Un saludo
EliminarHola, poniendo el nombre de mi abuelo en internet, Manuel Huerta Huerta y el pueblo de Coya ha aparecido la casa de la Huertona donde pasaba de pequeña los veranos junto con mis padres y hermanos. La casa tenía un cuarto de musica con piano y otros instrumentos, los techos pintados con angeles, nubes y flores, los muebles de la casa estilo art deco y modernistas traidos de Barcelona y las vidrieras de colores del mirador me entusiasmaban, veia el mundo en color. Las hortensias que rodeaban la casa eran mas altas que nosotros y nos escondiamos en ellas cuando jugabamos al escondite. Rodeaban la casa manzanos, perales, un par de ciruelos, asi como castaños de indias en la parte alta, magnolios en la entrada asi como camelias con flores rojas. Por la mañana la hierba estaba mojada y cuando la segaban siempre salia alguna serpiente que no era peligrosa. Años despues en el jardin se montaban los collares de flores para la fiesta de las Piraguas, trenzando juncos a los que se ataban las flores. Por la noche de manzano a manzano las varas de avellano eran las que aguantaban los collares para el dia de la fiesta. Un abrazo para todos con todo mi cariño para Asturias. Susana de la Huerta desde Barcelona. susanadlh@hotmail.com
EliminarQueria comentaros que Manuel Huerta vino a Cataluña porque aqui estaba la industria textil. En Barcelona invirtió en inmobiliaria en la ciudad y establecido aqui comerciaba comprando en Cataluña y en Manchester partidas y articulos textiles que enviaba a la tienda que seguian teniendo en La Habana junto con su socio y que despues de trabajar en ella bastantes años compraron a sus patronos cuando estos se retiraron. Segun mi padre, Alberto de la Huerta, el padre de Manuel Huerta habia sido juez de paz en Coya. Susana de la Huerta
EliminarEs una suerte que nos hayas encontrado ya que en muchas ocasiones es casi imposible conseguir algún dato sobre el indiano que mandó construir la casa y tú nos has proporcionado información de primera mano. Un saludo y muchísimas gracias.
EliminarMe podeis enviar las fotos antiguas de esta casona? Bip99@hotmail.com
EliminarGracias!